Casa Natal Madre Petra
La Casa de Espiritualidad se halla ubicada en el Valle de Abdalajís, Málaga, en este lugar tan significativo para quienes queremos y admiramos a la Beata Petra de San José, donde ella nació, el que fue lugar se su infancia, lugar donde Dios quiso fijarse en ella y proyectar la misión de ser Madre, derramando misericordia en todas las personas que se acercaron a ella.
El Valle de Abdalajís, pueblo tranquilo, familiar, sano, sereno, donde M. Petra nace, crece y busca respuesta, en su interior, a una inquietud profunda que no entiende. Se deja llevar y aprende a esperar el momento de Dios en su vida. Estos campos que le hablan de la grandeza de Dios y esa montaña rocosa que la protege, le da fuerza, seguridad y firmeza para caminar.
En esta casa familiar,-La Huerta Grande la llamaban– se encuentra la habitación donde nació el 7 de diciembre de 1845. Al día siguiente es bautizada en la Parroquia de S. Lorenzo donde aún se conserva la pila bautismal. Su vida sencilla se desarrolla en esta casa con los quehaceres propios de su entorno. Estos muros son testigos de sus ilusiones, sus proyectos, sus luchas, sus momentos de silencio que se convierten en una actitud de oración sin ella saberlo.
En su inquietud por ayudar a los pobres, decide con su hermano Juan, repartir frutos y hortalizas de su huerto para remediar las necesidades que veía a su alrededor. Como estancia significativa de esta casa está el molino de aceite donde, no sabe si despierta o dormida, vio a la Virgen a la que, desde entonces, tomó por madre. Ella misma cuenta que, a aquel encuentro con María, debe la mudanza de su vida y la promesa que hizo de entregarse, en cuerpo y alma, con todas sus fuerzas, potencias, y sentidos al servicio de Jesús y de su bendita Madre. Esta experiencia la cambia por completo: ya sólo puede dedicarse a servir. Con esta finalidad alquila una casa frente a la parroquia, en donde acoge a los ancianos más pobres y desamparados.
Cuando M. Petra sale del Valle, ya no volverá más. Con el tiempo la familia dona a la Congregación su casa natal, donde, desde 1917, las Madres siguen albergando y cuidando ancianos necesitados y tratando de vivir en profundidad el carisma que ella inició.